PRINCIPIOS
PSICOPEDAGÓGICOS DEL TRABAJO MOTRIZ.
La puesta en práctica de los principios de entrenamiento
en las clases de educación del movimiento, requieren un proceso de adaptación.
Mientras el entrenamiento de alto nivel busca lograr campeones, la tarea del
docente apunta a la formación de seres humanos sanos y plenos en el desarrollo
de su personalidad. Un individuo sano sería, aquel que es capaz de mantener un
relativo equilibrio y capacidad para adaptarse al medio y relacionarse con el
mismo, disponiendo además de un nivel de reservas para responder a ciertas
situaciones de mayor exigencia.
El principal fin de la educación para la salud consiste
en dotar a los educados de un potencial físico, psíquico, efectivo y social que
les permita realizar mejor los fines individuales y las tareas sociales.
La actividad física se considera por sí misma beneficiosa
para el organismo, deben darse ciertas condiciones:
En una clase tomas en cuenta las características del
organismo del joven y sus limitaciones y posibilidades.
La distribución racional de los esfuerzos, su adecuada
dosificación , tener en cuenta lo que sucede con el sueño y el descanso, la
alimentación y la higiene corporal, la salud mental y social de los alumnos.
Dosificación
de las cargas.
A fin de poder planificar racionalmente la tarea, deberán
tenerse en cuenta los siguientes aspectos:
·
El volumen de los estímulos.
·
La frecuencia del entrenamiento.
·
La intensidad de la estimulación.
·
La duración de los estímulos.
·
Las pausas entre estimulaciones.
Correlación
entre el trabajo y las pausas.
No es correcto tomar sólo el momento del trabajo para
comprender los procesos de adaptación orgánica, si no se requiere tener en
cuenta la correlación de éste con el descanso y con el tiempo que transcurre
entre una y otra clase.
La posibilidad de mejorar paulatinamente las reservas
orgánicas disponibles, aumentando la capacidad de trabajo, se le denomina
supercompensación.
Escalones
de intensidad.
·
Primer escalón: pequeña sobrecarga.
Actividades suaves, poca estimulación del sistema cardiocirculatorio.
·
Segundo escalón: Sobrecarga media. Mayor
nivel de exigencia sobre el aparato cardiocirculatorio, mayor requerimiento de
concentración.
·
Tercer escalón: Gran sobrecarga. Exigencia
del rendimiento casi máximo para el aparato neuromotor.
·
Cuarto escalón: Sobrecarga máxima, no
recomendable a nivel escolar.
Duración
y práctica permanente.
Más tiempo perdura los efectos del trajo físico mientras
más largo es el periodo trabajando. La adolescencia y la juventud son las
mejores épocas para fomentar estas necesidades saludables de actividad
permanente y sistemática.
PRINCIPIO
DE ADECUACIÓN AL DESARROLLO EVOLUTIVO.
Los contenidos educativos deben correlacionarse con las
etapas de la maduración evolutiva, y relacionarse en función de este
desarrollo.
Si bien las profundas modificaciones morfológicas y
orgánicas, los cambios de estatura y peso, las características del sexo y la
restructuración del esquema corporal ocupan un lugar importante en las
actividades motrices.
Principio
de alegría.
Las clases de educación motriz deben plantear situaciones
vitales de permanente y dinámico desarrollo para los jóvenes y adolescentes,
con variantes que les permita vislumbrar a cada momento sus posibilidades
personales como un maravilloso descubrimiento.
Estas sensaciones dependen de cómo experimenten el placer
de moverse, de resolver con éxito los problemas que se plantean y detener la
posibilidad de poner en juego sus capacidades funcionales.
Las actividades motrices deben ser un medio de gozo, seguridad
y afianzamiento de la personalidad.
Principio
de paulatinidad.
Se han estudiado los niveles de rendimiento en distintos
lapsos y en todas las actividades deportivas especializadas, y se llego a la
conclusión de que se presenta el llamado carácter ondulatorio o cíclico del
rendimiento: las reacciones fisiológicas a los estímulos del entrenamiento se
producen en forma de olas u ondas a través de periodos semanales, mensuales y
anuales; después de alcanzar un pico máximo la capacidad orgánica de rendimiento
desciende y de nuevo puede volver a lograr un pico más alto que el anterior.
Se desarrollan condicionadas por diversos factores:
·
Factores afectivos: La disposición interior
ocupa un lugar fundamental para poder rendir físicamente, situación conflictiva
o limitativa en lo afectivo, bloquean de inmediato las posibilidades
funcionales de rendimiento en el movimiento.
·
La época del año tiene relación con la
aplicación del principio de paulatinidad.
El estudio y la escuela es parte
importante y condiciona cíclicamente la vida
de los adolescentes y jóvenes, por lo que es cualquier tarea de
educación motriz se deberá considerar los ciclos escolares.
·
Hay factores personales del rendimiento
físico, tales como las diferentes cualidades innatas de cada alumno, y también
sus experiencias anteriores del movimiento.
Principio
de multilateralidad.
El principio de multilateralidad se refiere a los
beneficios de una práctica variada y amena, acentuando las tareas generales y
utilizando distintos medios, que tiendan a la formación general y no a la
adquisición de secuencias técnicas especiales.
La repetición exclusiva de los mismos ejercicios en fin
de cuentas hace frenar el perfeccionamiento posterior de las posibilidades
funcionales del organismo,, necesarias para mejorar los resultados de estos
ejercicios.
Relación
entre repetición y variabilidad.
Está demostrado que la repetición mecánica no conduce a
una actitud de permanente superación de los aprendizajes, si el aburrimiento y
a la fijación de hábitos irreversibles. Por otra parte, no tendría sentido
utilizar una amplia gama de movimientos sin una organización y correlación
entre ellos, sin una progresión adecuada, deben irse estructurando esquemas de
aprendizaje de creciente complejidad y amplitud que pongan en juego las
capacidades de solución inteligente por parte de los alumnos.
Relación
entre preparación general y especial.
La preparación general es aquella que busca el desarrollo
de cualidades motrices básicas, a fin de lograr una mejor adaptación funcional
en los esfuerzos. En esta etapa se crean las bases del acondicionamiento:
fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad, destreza. No se busca la
elevación del rendimiento en alguna disciplina o agente específico.
Se utilizan medios o ejercicios de acondicionamiento general,
ejercicios básicos, ejercitaciones de ayuda.
La preparación especial es la que incluye tanto los
gestos técnicos, como las cualidades específicas requeridas para alguna
disciplina en particular.
El principio de multilateralidad se conforma como un
aporte educativo para que se brinden oportunidades a todos los alumnos, y para
que se destierre la aberrante y pretendida especialización temprana con fines
competitivos, selectivos y discriminatorios.
Principio
de concientización.
En particular, los adolescentes y también los jóvenes
tienen una gran necesidad de sentirse seguros del dominio de los movimientos,
elemento importante de autoafirmación.
El movimiento provee información permanente y rica en
relación con la reelaboración del esquema corporal y la nueva configuración
interior que realiza el adolescente del significado que tienen los movimientos.
Concretamente, el alumno tiene que ser informado acerca
del objetivo de su práctica. La indicación de dicho objetivo deberá formularse
de tal modo que en un momento dado el alumno pueda verificar sus logros o el
nivel alcanzado.
El diálogo cada vez más extenso debe conducir a los
jóvenes al análisis de tareas y actividades cada vez más amplias, con poderes
de decisión, teniendo en cuenta que la “conciencia” se relaciona con la
formación del sentido de autodeterminación y de libre elección de actividades.
Principio
de cooperación.
A partir de las primeras tareas en grupo que realiza la
clase, debe incorporarse paulatinamente formas de trabajo grupal cada vez más
complejas que lleven poco a poco a la formación de verdaderos equipos de
trabajo.
El libre juego de las posibilidades individuales, debe
encontrar en este tipo de tareas su mejor manifestación, y el resultado pasa a
ser entonces, la demostración de una tarea compartida en la que cada uno aporta
lo mejor de sí.
La dirección de las tareas grupales, es el del liderazgo;
la variación de tareas y actividades debe permitir que exista una rotación en
la conducción o responsabilidad de conducción de cada grupo.
En el trabajo grupal, se brindan oportunidades de
interacción y relación entre los varones y las mujeres, por lo cual, en la
conformación de grupos debe tenerse muy en cuenta este factor.
El maestro debe encauzar y crear un clima tal, que todas
estas vivencias adquieran un sentido formativo. Ese ambiente creado mostrará la
altura a la cual pueden elevarse la sensibilidad en formación, el aprender a
poner se en el lugar del compañero, el unirse para resolver conjuntamente un
problema, el discutir y manifestarse cada uno en sus auténticas posibilidades.